Cuarta y, parece ser, penúltima temporada de esta magnífica serie protagonizada por Glenn Close y Rose Byrne. Esta vez, Ellen Parsons quiere meter entre rejas al dueño de una empresa que contrata mercenarios para llevarlos a la guerra de Afganistán.
El esquema sigue siendo el mismo que al principio. Sin embargo, en esta ocasión no se aprovecha tan bien el uso de las prolepsis (escenas en las que se ve lo que ocurre al final). La esencia es la misma que siempre, pero hay muy pocas escenas de ese tipo, y las pocas que hay son siempre de lo mismo, con lo que no se juega tanto con el espectador haciéndole creer lo que no es o dándole pistas de lo que puede ocurrir. No sé si será porque al haber rodado solo 10 capítulos en vez de los 13 de las ocasiones anteriores le han dedicado menos tiempo para poder explayarse en el caso o por otro motivo, pero no deja de echarse en falta algo. Aparte de eso y de que tras dejarse uno engañar varias veces ya no pica tan fácilmente en las trampas que nos tienden los guionistas, por lo demás la serie sigue conservando el altísimo nivel de siempre. Esperemos que en la temporada final sigan así las cosas o incluso mejoren para poder despedirnos a lo grande de Patty y Ellen.
Un 8.
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