jueves, 15 de enero de 2009

Cuando fuimos huérfanos


La quinta novela de Kazuo Ishiguro nos cuenta la historia de uno de los más reputados detectives de Londres en los años 30 y su viaje a Shanghai en plena guerra entre China y Japón para resolver la desaparición de sus padres cuando era niño y vivían allí.

La narración se estructura a base flashbacks de su infancia en los que vemos detalles de lo que luego hará atar cabos en la parte final del libro junto con pasajes del presente que nos ayudan a conocer al personaje principal, unos pocos secundarios, y su entorno.

En general engancha bastante y está muy bien escrito pero, auque la impresión global es muy grata, tiene un lastre que hace que el libro no sea tan bueno como debería ser, y es que hacia el final del mismo hay una parte bastante larga con un cierto halo de irrealidad, en el que no resulta creíble mucho de lo que ocurre. O mejor dicho, no lo que ocurre sino la manera de actuar del protagonista. Yo, personalmente, no me creo que (SPOILER) tan famoso y gran detective piense de verdad que sus padres siguen secuestrados después de tantísimos años en una casa que encima está en medio de la refriega entre chinos y japoneses, y vaya para allá decidido como si de un paseo por el campo se tratase (FIN DE SPOIlER). Por suerte, tras esa parte llega el penúltimo capítulo, en el que se cierra la trama de manera sorprendente y magistral, dando unas explicaciones que dejan boquiabierto y haciendo que todo cuadre a la perfección.

Me he quedado con ganas de leer más de Ishiguro, pero tendrá que esperar bastante tiempo su siguiente novela que lea, ya que tengo mucho por leer esperándome en mis estanterías. Eso sí, tengo un libro de historias cortas británicas con una suya (aunque nació en Nagasaki, desde pequeño ha vivido en Inglaterra) que leeré cualquier día de estos.

Un 7.

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