El Clan del Oso Cavernario, El Valle de los Caballos y Los Cazadores de Mamuts

Ayer terminé Los Cazadores de Mamuts, tercera parte de la pentalogía Los Hijos de la Tierra, así que voy a comentarlo junto con los dos anteriores. Con esta saga me pasa algo muy raro. A pesar de lo mucho que me gustaron los dos primeros, entre ellos dejé pasar 2 años y entre el 2º y el 3º he dejado pasar uno y pico. Y probablemente no leeré el siguiente hasta dentro de bastante tiempo. Spoilers en blanco (parte de las sinopsis del 2º y el 3º irán así por comentar el final del anterior).


El Clan del Oso Cavernario

Ayla es una Cro-Magnon (antepasada nuestra) que se cría en un grupo de Neanderthales (la otra especie inteligente que se conoce que haya habitado la Tierra) debido a que, siendo una niña, queda sola tras una catástrofe natural.

Jean M. Auel nos adentra magistralmente en la prehistoria, contando con minuciosidad cómo se las apañaban entonces para vivir y crea unos personajes maravillosos y muy bien definidos. En cuanto a Ayla, es una de las mejores protagonistas que he visto nunca. Y no hablo sólo de literatura.

Un 8.






El Valle de los Caballos

Por un lado, vemos lo que le ocurre a Ayla tras ser expulsada del Clan, vagando sola en busca de otros como ella y estableciéndose en un valle al llegar el invierno. Por otro, se nos presenta a dos personajes nuevos, Jondalar y Thonolan, que salen de su tierra natal en un viaje en el que conocerán a mucha gente y vivirán muchos peligros.

Ya se empieza a ver la forma de vida de los Cro-Magnones, ya que en la anterior novela apenas aparecieron (aparte de Ayla, claro) y se centraba en los Neanderthales. El libro es casi tan bueno como el anterior y consigue no repetirse a pesar de lo mucho que ya contó entonces.

Un 7.





Los Cazadores de Mamuts

Ayla y Jondalar encuentran a un grupo de Mamutoi, cazadores de mamuts, y se establecen con ellos. Por fin Ayla conoce a otros miembros de su especie más allá de Jondalar.

En líneas generales el libro es casi tan bueno como el anterior. Sorprende que después de los otros dos libros siga habiendo tantísimo que contar.

Por desgracia, tiene dos pegas, una grande y otra pequeña. La pequeña es que de vez en cuando se repite bastante, ya sea comentando lo mismo muchas veces a lo largo del libro o relatando algo muy similar a lo ocurrido en el segundo libro. Y la grande, que es el mayor lastre del libro, es la historia de amor. Aburrida, previsible (muy, pero que muy previsible, sobre todo el final) y hace que el personaje de Jondalar, que hasta ahora era realmente bueno, quede como un inútil integral y un tonto de remate.

Un 6, que sería un 7 de no ser por esto último.