Un mexicano aparece muerto en Texas y su mejor amigo investiga el asesinato y decide llevar a cabo una promesa que le hizo tiempo atrás.
Tommy Lee Jones debuta como director en esta película que también protagoniza, y realmente lo borda tanto delante como detrás de las cámaras (aunque más delante que detrás). El guión es de Guillermo Arriaga, a quien debemos también los de Amores perros, 21 gramos y Babel.
Durante la primera media hora uno no puede dejar de pensar qué cojones será lo que está viendo, porque el montaje está plagado de flashbacks sin nada que indique si lo que vemos ocurre antes o después que lo demás y resulta un tanto confuso, hasta que de repente, en un instante, todo cobra sentido.
Siempre digo que hay que ver el cine en versión original, pero en este caso con más motivos aún. La mayoría de la película es en inglés, pero hay bastantes diálogos en español (oír a Tommy Lee Jones hablando así no tiene precio) y a menudo, cuando se mezclan ambos idiomas, resulta del todo imposible de trasladar al doblaje en español, con lo que se inventan algunas frases para salir del paso (después de verla en VO he puesto un par de esas escenas en español y cambia totalmente).
Muy buena.
Un 7.
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