sábado, 19 de abril de 2008

Cuentos de la luna pálida de agosto (Japón, 1953)


Acabo de ver por segunda vez esta maravillosa obra maestra de Kenji Mizoguchi. Del pack con 10 películas suyas que compré el mes pasado he revisto esta semana el intendente Sansho y ésta...... y las 7 que aún no había visto no las he tocado xD.

La película cuenta la historia con moraleja incluida de dos campesinos tremendamente ambiciosos que quieren hacer fortuna a causa de la guerra en el Japón feudal. Uno de ellos quiere ser samurái y el otro sólo piensa en enriquecerse vendiendo cerámica, y ambos descuidan sus familias persiguiendo sus objetivos.

La película ganó el león de plata en el festival de Venecia, algo frecuente a principios de los 50 por parte de películas japonesas en distintos festivales europeos. En 1950 Rashomon se llevó el león de oro en Venecia, en 1953 ésta el de plata y en 1954 los siete samuráis y el intendente Sansho se llevaron ex-aequo el de plata (incomprensible que no fuera el de oro) y la puerta del infierno la palma de oro en Cannes. Entre todas, principalmente Rashomon, consiguieron que el cine japonés se fuera abriendo camino en occidente. Con cuentagotas, eso sí. En los oscar estuvo nominada a mejor vestuario. Es una vergüenza que no estuviera nominada a película y director, entre otras categorías (de hecho es una vergüenza incluso que no los ganara) pero para aquella época el hecho de que una película que no era de Hollywood lograse alguna candidatura que no fuera a película extranjera era toda una rareza. Rareza que se repitió con los siete samuráis (sólo a vestuario y dirección artística ¬¬) y con la puerta del infierno (sólo a vestuario), que incluso llegó a ganarlo.

Una obra maestra absolutamente imprescindible. Un 9.

1 comentario:

Goseki dijo...

Interesante la película. Intentaré conseguirla y si eso, ya la comento.