jueves, 12 de noviembre de 2009

Cyclo (Vietnam, 1995)

Battosai

Un joven conductor de triciclo se ve obligado a trabajar para una pandilla cuando le roban el vehículo con el que se gana la vida.

Segundo largometraje de Tran Anh Hung, que debutó 2 años antes con El olor de la papaya verde. En el reparto destacan Tony Leung y la preciosa Tran Nu Yên-Khê, musa del director (y su mujer, que anda que tiene mal gusto el tío...) que a día de hoy ha salido en todas sus películas. Ambos, especialmente él, están sensacionales.

Cyclo es una película que resulta bastante impactante por su violencia, a la que en estos días ya estamos tan acostumbrados a verla en televisión, cine y videojuegos que es difícil que llegue a sorprendernos. Y sin embargo tampoco es especialmente cruenta, pero por la manera en que se nos muestra es contundente en ese aspecto. A mí al menos me ha impactado un poco, algo que no suele ocurrir a estas alturas en que ya he visto (casi) de todo.

En cuanto al guión y la dirección... una de cal y otra de arena. Por un lado son muy buenos en líneas generales, pero por otro el filme resulta de vez en cuando un tanto confuso, no quedando del todo claro por qué ocurre lo que ocurre o por qué tal personaje actúa como actúa. Si esos detalles se hubieran pulido sería desde mi punto de vista una obra maestra de las grandes, pero ese es el gran defecto de una película que, a pesar de ello, será difícil que no sobrecoja al espectador y se le quede grabada durante mucho tiempo.

La banda sonora, por cierto, es una auténtica maravilla.

Un 7.



Ulises

Cyclo, la segunda obra de Anh Hung Tran después de debutar con la magnífica The Scent Of Green Papaya, es sin duda una de mis películas favoritas y de las que más me han impresionado en un primer visionado de esto que llamamos cine.

¿Y que es lo que me la hace tan especial para ocupar un lugar de honor en mi ranking cinematográfico privado? Pues podría decir que la maravillosa fotografía capaz de mostrar de forma igual de esplendorosa hermosas imágenes de interiores como la suciedad y el feismo que inundan los barrios bajos de Hanoi, o podría comentar la soberbia interpretación del trio protagonista, o su fenomenal retrato de los bajos fondos y el mundo del hampa de un Vietnam inédito a los ojos occidentales. Pero para mi todo eso queda en un segundo plano ante la abrumadora carga emocional que el visionado de la película me produce, llegando en muchos de sus visionados a arrancarme lagrimones. Y es que tampoco estamos hablando de un filme que destaque por un puntillosos y elaborado guión, ya que el director se limita a presentar como si de un testigo de los hechos fuese una historia de amores imposibles, traumas personales y desarraigo social contada con los sentimientos a flor de piel.

Cuento los dias que faltan para poder contemplar su recreación del impresionante libro Nowergian Wood de Haruki Murakami, anunciada para el 2010. Me cuesta imaginar un director más apropiado que él.

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