viernes, 6 de marzo de 2009

El malvado Zaroff (EEUU, 1932)


Curioso título español para una película cuyo título original es The Most Dangerous Game, es decir, el juego más peligroso.

Un año antes de King Kong, su protagonista femenina y sus directores, uno como codirector y otro como productor ejecutivo, rodaron este filme en el que un hombre, tras hundirse su barco, llega a una isla habitada por un conde que disfruta llevando a cabo un cruel juego con los náufragos que llegan allí.

El malvado Zaroff es uno de los largometrajes más cortos que he visto nunca. Dura concretamente una hora y 2 segundos (se considera largometraje a partir de 60 minutos). En realidad es algo más larga, pero las películas en EEUU (entre otros muchos países) se reproducen a 24 fotogramas por segundo y en España (entre otros) a 25, con lo que aquí siempre son algo más cortas. Digo de los más cortos y no el más corto porque alguna que he visto de 58 o 59 minutos sí es largometraje porque originalmente llega a la hora y el tiempo que falta es el que se pierde con el cambio.

Tras haberme ido por los cerros de Úbeda paso a hablar de la película en cuestión. Debido precisamente a su corta duración la narración es bastante rápida y va al grano, lo que en la segunda mitad hace que lleve un ritmo frenético y crea situaciones de verdadera tensión. Por otro lado, no se alarga la historia más de la cuenta, como tantas veces ocurre. De acuerdo que hay historias que requieren dos horas o tres, o incluso más, pero si algo se cuenta mejor en una hora que de cualquier otra manera es bobada estirarlo.

Los actores no son nada del otro mundo y el personaje de la chica un tanto estúpido, estando ahí casi exclusivamente como motivación para el protagonista.

Por lo demás, ninguna pega. Es una película de aventuras que, sin ser extraordinaria y a pesar de sus pequeños fallos, me ha dejado muy buen sabor de boca.

Un 7.

1 comentario:

Extensus dijo...

Otra peli que descubro aquí y que veré sin dilación. En cuanto a la duración de las películas opino parecido. Con honrosas excepciones, una película con más de 90 ó 100 minutos me hace desconfiar. Saludos.